domingo, 21 de febrero de 2010

Los coches de la Tram-vía de Barcelona

Los coches que la Compañía de la Tram-vía de Barcelona a Gracia importó de Inglaterra para la explotación de su primera línea, eran vehículos de grandes dimensiones con salón cerrado e imperial descubierto. Como la mayoría de las concesiones ejecutadas por compañías británicas en aquella época, estos coches eran derivados de los que en su día continuaron en Europa la aventura de la creación de redes tranviarias urbanas e interurbanas y cuyo origen en Inglaterra fue el tranvía de Birkenhead promovido por George Francis Train en 1858.

Fotografía del tranvía de Birkenhead

Paulatinamente se fueron desarrollando diversas redes, llegando a Barcelona en 1872, donde comenzarían a circular en las concesiones solicitadas por Alfredo Soujol en 1868. Las líneas recorridas por ellos serían las de Gracia a la Barceloneta, la del Pueblo Nuevo y la de Sants. Aunque es posible que también fueran adquiridas algunas unidades para uso privado en la línea industrial de los Docks, que así lo tenía indicado al solicitar la concesión y a la que la comisión de Fomento solo autorizó  su uso para el personal de la citada compañía, que debería ser numeroso, entre la plaza Comercio (Pla del Palau) y sus instalaciones del Camino del Cementerio (Av. Icaria), según consta en las solicitudes de esta última línea; (...para el transporte de viajeros se están construyendo en Inglaterra, unos coches iguales a los que tiene la compañía Inglesa en la línea de Gracia...). Estos coches también fueron usados en las concesiones de Madrid y otras ciudades españolas explotadas por Mr. Morris.

Dibujo a pluma de Rafael de Luna que aparece en varios de los proyectos de lineas Barcelonesas.

Kinnear Clark en su libro "Construcción y explotación de Tranvías", edición francesa de 1880, hace una cuidada descripción de  estos coches. Según él, en 1858 se construyeron en los Estados Unidos coches con imperial para el tranvía de Nueva York a Harlem con una capacidad máxima de 80 pasajeros que podían ser remolcados por un par de caballos en líneas con pendiente de un 4%, estaban construidos sobre un chasis de roble blanco y con caja de fresno americano .

Coche del tranvía de Dublín según el libro de Clark

El chasis está construido en roble o en fresno bien seco y los paneles de caoba de un centímetro de espesor, siendo las puertas de fresno y el techo recubierto de lona impermeabilizada mediante pintura que a su vez, está protegido por un enrejado por el que acceden los pasajeros del imperial a sus asientos. El bastidor inferior está formado por dos travesaños de 88 x 76 mm. y dos traviesas terminales de 114mm de ancho por 76mm de alto, talladas para soportar el suelo.

Las ruedas de fundición de acero tienen un diámetro de 762mm, estando una de ellas fijada al eje y la otra fijada a él sobre un cojinete que le permite hacer un deslizamiento relativo en las curvas. Cada una está formada por una corona de 22 mm de espesor unida al cubo por seis radios, las ruedas distan unos 1555mm entre sí (1395 en Barcelona) distancia restante entre el espesor de las pestañas y una tolerancia de 12mm entre rail y rueda.

El chasis se soporta sobre los ejes por medio de cuatro cojinetes en los extremos de la caja, en ellos unos engrasadores de tipo americano permiten mantener una buena lubricación de la rodadura.

 El freno es del sistema conocido como Stephenson de New York y se maniobra desde ambas plataformas. Una zapata de fundición se aplica sobre cada rueda, se accionan de dos en dos sobre dos barras correspondientes cada una a un par de ruedas y que pueden ser accionadas mediante las manivelas de hierro que arrollan las cadenas, que a su vez tensan ambas barras. Este sistema permite multiplicar 57 veces el esfuerzo ejercido por un hombre con lo que una fuerza de frenado de 25 Kg. se puede convertir  en 1.447 Kg. sobre las ruedas.

 Una tabla de dimensiones de los coches de este tipo en ciudades europeas como Birkenhead, Londres y Oporto, nos indica que tenían un peso muerto de 2400Kg y una capacidad de 22 plazas en el interior y 22 en el imperial.

 En su libro, Clark incluye la descripción de los coches del tranvía de Dublín que tenían gran similitud a los de Barcelona: Estos coches tienen una capacidad de 20 plazas en su interior y 22 en el imperial lo que da una capacidad para 42 viajeros. Su peso es de 2.540Kg. y el ancho de vías 1.600mm (1.435 en Barcelona) y su caja tiene 4.648mm de longitud por 2.032 de anchura y 3.073 de altura siendo su altura máxima de 3429mm. El coche tiene una longitud total de 6.477mm si incluimos los dos voladizos extremos que soportan las plataformas. Sobre éstas, dos escaleras helicoidales permiten acceder al imperial. El salón interior mide 4.457mm y dispone de dos bancos corridos con una capacidad de 10 plazas cada uno, están tapizados con unos cojines de clin recubiertos de terciopelo de Utrecht. Las ventanas están acristaladas y solo hay dos de ellas que son practicables realizándose la ventilación por unas ventanas situadas en el linternón bajo el asiento del imperial. Las puertas de acceso al salón son deslizantes y permiten el cierre total del habitáculo. Para su iluminación dispone de dos lámparas de queroseno.

Coche de la Compañía de Tramvias de Barcelona frente a la cochera de Gracia.

Pisadas entre surcos

Los primeros ferrocarriles fueron impulsados por animales.
Normalmente se empleaban equinos: caballos, mulas o asnos aunque en ocasiones también se empleó para su tracción bueyes.
El objetivo de este blog es el estudio de esta fase incipiente de la historia del transporte.